lunes, 27 de septiembre de 2010

el cuatrero valiente

EL CUATRERO VALIENTE

En una región muy lejana donde predominaba la ganadería, existía alguien que era el terror para los ganaderos, se trataba de quien se hacia llamar Amarildo Toro, en realidad su nombre era Amarildo Guzmán, lo de ¨toro¨ fue debido a que era cuatrero de oficio.
Amarildo Toro era un hombre que se paseaba de pueblo en pueblo robando cuantas reses se le aparecían a su vista, era una persona tan astuta que siempre lograba salir ileso de sus travesías y así fue adquiriendo reconocimiento en toda la región, que cada vez se sentía mas atormentada de tener a este pillo entre sus habitantes.
Cualquier día ¨toro¨ salió como siempre solía hacerlo, en busca de ganado, llego así a la finca La Casona, que era de uno de los ganaderos mas importantes y distinguidos de la región, el señor Ovidio Rangel, este hombre procedía de una familia de la cual no se sabia mucho, por lo que eran de pocos modales y la gente siempre tenia temor de acercarse a sus tierras, de hecho, cuando los niños traviesos de los alrededores intentaban hacerlo, para coger las diferentes frutas que allí se cultivaban, salían corriendo, pues les soltaban una manada de perros feroces que lograban ahuyentar a todo el que quisiera acercarse allí.
Al haber logrado concretar su cometido y como era de costumbre,  Toro huyó  de esas tierras, se fue a su rancho a esperar que bajara un poco la marea, lo que él no se esperaba era que por otra parte y al darse cuenta de la falta de algunos de sus animales, el señor Ovidio promete encontrar al autor de ese robo y es así como sale de su finca y se encuentra con alguien que iba pasando, era el capataz de la finca vecina, y le pregunta:
-          ¿venga,  sabe usted de alguien que estuvo rondando por estas tierras y que anda robando ganado?
-          Realmente no, pero si se escuchan rumores de que a unas 4 horas al norte de aquí, hay un caserío y en uno de sus ranchos dicen que vive un cuatrero- responde el capataz
-          ¿y sabe usted su nombre?
-          No.
Con esta información Ovidio Rangel decide enviar a varios de sus hombres en busca de aquel cuatrero.
Una tarde llegan los cuatro hombres enviados por el distinguido ganadero al caserío, preguntando a los moradores del sector por el cuatrero, del cual tenían solo pocas descripciones, aunque la gente llena de miedo por armar una tragedia y por poner en peligro la vida de sus familias, no daba información de aquel sujeto.
Llegan entonces los cuatro hombres y escogen un rancho al azar, tocan la puerta y sale un caballero a atender, ellos le preguntan:
-          ¿estamos buscando a un hombre por acá, del cual se dice que es cuatrero, lo conoce?
Este hombre bastante nervioso, responde:
-          No, no sé nada de él.
-          Bueno acompáñenos, necesitamos de su ayuda para poder encontrarlo.
Y se llevan sin saberlo, al mismísimo Toro para que los acompañara en la búsqueda del hombre que tanto les habían encomendado.
Transcurridos unos minutos y al verse cada vez más envuelto en ese problema ¨toro¨ le dice a los cuatro hombres:
-          Caballeros, estoy tan asustado con esta situación que me han dado ganas de ir al baño.
A lo que ellos responden:
-          No, usted no se puede mover de aquí.
Pero era tanta la astucia de Toro que logro convencer a aquellos hombres que le concedieran un permiso para ir a un matorral que estaba justo detrás de ellos.
Los hombres no pusieron más resistencia y le concedieron el permiso por un momento, entonces Toro se agacha en señal de lo necesitaba hacer,  pasados cinco minutos Toro no salía, cuando de pronto se acercan dos hombres que vienen de la finca La Casona, corriendo y gritando…
-          Donde esta!!! Donde esta ese hombre!!!
-          ¿de quien hablas? Responden los cuatro hombres
-          Del hombre que vive en esa casa (señalando la casa de toro), ese es el cuatrero.
-          Esta ahí, detrás del matorral
Entonces todos se dirigen a buscarlo, pero valla sorpresa, Toro ya había escapado.
Los dos hombres que venían corriendo y quienes eran los encargados del operativo, llenos de ira, insultan a los demás por haberlo dejado escapar, uno saca su revolver y dispara contra uno de ellos, diciendo:
-          Si  todos acá no quieren correr con la misma suerte, vayan a buscarlo.
Y todos salen en la nueva búsqueda de Toro, pero este al final nunca mas apareció, y aunque no hay certeza de si Toro aun continúa con sus actividades, muchos dicen que hasta el sol de hoy no ha habido finca que se haya escapado de las garras de Toro.

MERLIN LARA GOMEZ

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